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Pro-Búsqueda: la organización fundada por madres y padres campesinos cuyos hijos les fueron arrebatados durante la guerra civil

Entrevista con Eduardo García, director ejecutivo de la asociación Pro-Búsqueda, dedicada al fenómeno de la desaparición de menores durante el conflicto armado en El Salvador.

José Luis Castillo

31 Jan

PRIMERA PARTE

El objetivo principal de la organización sin ánimo de lucro Pro-Búsqueda es investigar y localizar a los menores desaparecidos a través de la investigación de campo y la aplicación de herramientas genéticas forenses a nivel nacional e internacional.

Creada en la década de los 80 a raíz de las denuncias de madres de familia de zonas rurales cuyos hijos desaparecían, su labor se centró desde entonces en promover los derechos de los salvadoreños, obtener acceso digno a la justicia y conseguir una reparación integral para las personas desaparecidas y sus familiares.

Maura Contreras busca a sus tres hijos desaparecidos durante una masacre de las fuerzas armadas en 1982. /📷Cortesía Pro-Búsqueda

Conversamos con Eduardo García, director ejecutivo de la organización desde 2014, que trabaja para encontrar a los niños desaparecidos.

—La información oficial es que el conflicto armado en El Salvador empezó en 1980, pero ustedes manejan otra fecha, ¿verdad? ¿Y cómo es que el Estado también es cómplice de las desapariciones?

—El fenómeno de la desaparición forzada en el conflicto armado empezó en 1978 a 1992, que es el contexto que nosotros investigamos, la cual tenía varias formas. Una de ellas, la más común, era cuando un cuerpo represivo del Estado, como la Guardia Nacional, la Policía de Hacienda, la Fuerza Armada, se quedaban con niños en un operativo militar o en el allanamiento de viviendas. En la mayoría de los casos, asesinaban a los adultos y los niños eran sustraídos. Algunos de estos niños terminaban en orfelinatos, en albergues, y luego los daban en adopción con cierta discrecionalidad debido a la gran debilidad de las leyes existentes en el país. Otros niños eran asesinados y, también, hay atribuciones, en un 15 por ciento, al otro lado beligerante, a la guerrilla. Pero en el resto, en el 85 por ciento de los casos, se les atribuye a las fuerzas represivas del Estado.

Eduardo García, director ejecutivo de Pro-Búsqueda. / 📷 Cortesía Pro-Búsqueda

—¿Y es así entonces como nace Pro-Búsqueda, por las denuncias de los padres de familia?

—En resumidas cuentas, esto nace por las madres y los padres campesinos que, a fines de la guerra, durante los acuerdos de paz formados en México entre 1991 y1992, se acercan al padre jesuita español Jon de Cortina y le piden que les ayude a buscar a sus hijos, porque ellos saben que están vivos. Algunos vieron helicópteros de la Fuerza Armada trasladar a esos menores a los cuarteles. Pero cuando la Comisión de la Verdad publicó su informe (“De la Locura a la Esperanza: la guerra de los Doce Años en El Salvador"- 15 de marzo de 1993) y no incluyó estas demandas, deciden organizarse recién en una organización sin fines de lucro. A fines de ese año, de 1993, localizan a los primeros niños en un albergue en Santa Tecla, en el departamento de La Libertad, y el 16 de enero de 1994 se da el primer reencuentro en la comunidad donde estaba el padre Cortina. La noticia corrió de boca en boca por todo el territorio salvadoreño y eso es lo que nos ha llevado a la actualidad.

—Empezaron con pocos casos y gradualmente esa cifra fue creciendo. ¿Cuántos han resuelto hasta el momento?

—En un principio, hemos investigado cientos de casos de salvadoreños cuyos hijos e hijas les fueron literalmente arrebatados de los brazos. En estos momentos, tenemos un banco genético que corrobora nuestras investigaciones y hemos logrado reencontrar a 287 personas con un total de 463 casos resueltos. Es decir, hay 463 familias que saben del paradero de sus seres queridos, de sus niños y niñas. Pero tenemos un total de 1,026 casos de desapariciones forzadas. Hay otros 350 casos que no son desapariciones forzadas, pero sí en un contexto de guerra, de situaciones de adopciones legales, entre comillas.

El reencuentro. Óscar abraza a su madre y hermana biológica por primera vez después de 38 años. /📷 Cortesía Pro-Búsqueda

—¿Qué han logrado a nivel legislativo?

—Tenemos un equipo de incidencia que trabaja en la promoción de nuevas legislaciones para satisfacer esta demanda de la desaparición forzada en términos de justicia, reparación civil para las víctimas y un equipo jurídico y de investigación. Precisamente, hemos hecho algunas publicaciones de algunas operaciones militares para demostrar que el Estado posee una base de información con el fin de que puedan abrirse esos archivos militares y resolverse multitud de casos.

LEE LA SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA CON EDUARDO GARCÍA, DIRECTOR EJECUTIVO DE PRO-BÚSQUEDA

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