Hace más de seis meses, materializamos la idea de lanzar La Esquina a través de la nueva plataforma Bulletin.com, un espacio para exponer las historias de inmigrantes que son víctimas de abuso, acoso y todo tipo de discriminación.
Hemos contado, por intermedio de crónicas periodísticas, los testimonios de hispanos que viven situaciones extremas, que buscan relatar a gritos sus versiones de los hechos y los golpes sufridos en situaciones adversas que, en algunos casos, habían sido condenados al silencio.
Y seguimos en esa búsqueda, siempre y cuando coincida con el panorama actual y tenga elementos de carácter periodístico.
Es por eso que, en poco tiempo, este espacio ha ganado muchos seguidores en las redes sociales, así también como suscriptores Premium, convirtiéndose en una legión de lectores exigentes que nos impulsa a escribir y producir mejores relatos en una prosa narrativa que mantiene un estilo claro, descriptivo y original.
Así, en la culminación de un año más, aspiramos con ansias ofrecer una mejor versión de La Esquina en este 2022, con más historias originales y la incursión de métodos multimedia alternativos (fotografía, video, audio, infografía, etc.).

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Por eso, es importante resaltar la importancia de la suscripción Premium, que servirá finalmente para financiar los costos de traslado hacia los lugares donde se nos requiera. Allí estaremos, elaborando lo que mejor sabemos hacer: un periodismo puro y descriptivo, donde podamos exponer el entorno y captar el escenario mismo usando todos nuestros sentidos.
Lo hemos dicho antes, La Esquina gira en torno a los testimonios de hispanos que tienen algo en común: viven momentos extraordinarios, inusuales y sobresalientes que podrían considerarse como los más difíciles de sus vidas.
En el transcurso de estos últimos seis meses, hemos recibido mensajes de nuestros seguidores en donde nos cuentan los obstáculos y contrariedades con las que se han topado en circunstancias singulares, como los inmigrantes en un centro de detención migratorio que denunciaron el uso de pesticidas en sus labores cotidianas, pero sin los protocolos establecidos.

A principios de octubre, un grupo de feligreses católicos en una pequeña ciudad de Texas nos escribió un sinnúmero de mensajes con la conmovedora historia de un sacerdote español de 100 años que, luego de siete décadas de vivir en ese poblado, se despedía de su comunidad porque la diócesis le ordenaba regresar a su país natal.
Otro de los artículos más leídos de La Esquina que provocó reacciones de solidaridad por parte de ustedes los lectores fue el relato de una joven hispana que estuvo al borde de la muerte luego de sucumbir en una estampida humana en el festival musical Astroworld donde perdieron la vida 10 personas.

Quizás el relato más controversial (por los mensajes de apoyo y rechazo recibidos después de su publicación) ha sido el de un exfuncionario de un consulado mexicano en Estados Unidos que cuenta los pormenores de su despido, que lo obligó a quedarse en este país como indocumentado, el mismo estatus migratorio de miles de sus compatriotas a los que él servía.

Cualquiera que sea la reacción del lector ante un escrito, ya sea de indignación o de júbilo, lo cierto es que nuestro trabajo valida el concepto de trasladar esos vislumbres apasionados a cada relato de La Esquina. Bueno, al menos eso intentamos con la ayuda de todos ustedes.
Solo nos queda decir ¡gracias nuevamente por el apoyo! y que este nuevo año que empieza sea —como diría Gabriel García Márquez— como la vida misma, “una sucesión de oportunidades para sobrevivir”.

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