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Han pasado más de dos meses desde que empecé a publicar reportajes en La Esquina a través de Bulletin.com. Como todo proyecto nuevo, existía cierta angustia en la recepción que tendría. Debo confesar que este esfuerzo ha superado mis expectativas no solo por la cantidad de seguidores a la página de Facebook, sino también por el número de suscriptores a este sistema tipo boletín que busca colarse, si es que el lector lo permite, como una de sus publicaciones predilectas.
La idea original que había trazado para La Esquina era servir, en un principio, a la comunidad de habla hispana de sectores menos favorecidos, sobre todo en la zona donde resido, en Houston (Texas), para luego expandirme a otros horizontes dentro del estado.
El objetivo era, y sigue siendo, escribir nuestras experiencias para poder ayudar y orientar a otros que quizás estén viviendo las mismas contrariedades frente a un sistema del que conocemos poco o nada por nuestra calidad de foráneo.
En este corto tiempo, he recibido innumerables muestras de apoyo por dedicarme a escribir las historias de los hispanos que se encuentran en una situación adversa. En la gran mayoría de correos electrónicos, mensajes directos y por WhatsApp, me cuentan su situación y, con esa información, trato de ayudarlos.

DE TODAS PARTES
Lo curioso es que son personas que viven en diferentes latitudes de las que me había trazado en un principio. Por ejemplo, el caso de Yeimi Herbert, de Baltimore, en el estado de Maryland, es uno de ellos. En un video que me compartió, se aprecia a su hijo de apenas tres años cuando relata cómo sufrió aparentes maltratos físicos por una de sus maestras en la escuela inicial donde asiste.
Luego de comunicarse con varias organizaciones, decidió hacerlo con La Esquina y contarnos su versión de los hechos. Pero no solo se trata de recibir la información de nuestros lectores y contarla, también de darle a la otra parte la oportunidad de defenderse de las acusaciones, y muy importante, contrastar con evidencia lo que sostienen.
La historia demoró varias semanas en publicarse por el tiempo de investigación: enviar solicitudes, cifras y esperar las respuestas de las autoridades educativas en cuestión, que suelen tomarse hasta 10 días hábiles en responder.
Pero quizás la saga de Franz Bardales, administrador de un restaurante en Houston, ha sido hasta el momento la que más tiempo nos ha tomado en escribirla. Tras varios meses de idas y vueltas con la empresa eléctrica que le cobró miles de dólares por 30 días de servicio, más el pedido de documentación a través de la ley de acceso a la información, pudimos publicar su historia. El resultado no fue favorable para el pequeño comerciante, pero sirve para que otros tomen en cuenta qué hacer y cómo actuar en situaciones similares.
También podemos destacar la historia de un exempleado de un consulado mexicano, que ahora se encuentra indocumentado porque su empleador, el gobierno mexicano, se negó a renovarle el contrato laboral que le permitía permanecer en este país de forma legal. Accedimos a contar la versión de su despido en calidad de anónimo no sin antes verificar que en realidad era lo que decía ser.

PLASMAR SITUACIONES INÉDITAS
Lo que tratamos de hacer es escribir notas periodísticas que quizás no tengan cabida en los medios tradicionales y, aunque otras sí han tenido cobertura mediática, la idea es hacerlo de una forma diferente, con más ahínco en la narrativa al plasmar situaciones inéditas o que no se mencionaron antes.
En el caso de Paul Castro, cuyo hijo de 17 años murió de un disparo producto de una riña con otro conductor acusado de ser el autor de la balacera —y que tuvo mucha cobertura periodística—, existe un momento de tensión que otros medios no recogieron y que quisimos explorar: el encuentro de solo dos minutos del padre con el acusado en el pasillo de una corte.
Y así hay otras historias, como la de Génesis Barrando, de 20 años, que estuvo desaparecida por varios días, o la del hispano de nacionalidad ecuatoriana que encontró en la ventana de su auto un mensaje discriminatorio.
Todos los personajes de esas historias son hispanos que tienen algo en común: viven momentos extraordinarios, inusuales y sobresalientes que podrían considerarse como los más difíciles de sus vidas. Y eso es lo que La Esquina quiere contar.

TU HISTORIA
Muchas de las personas que nos escriben entienden que sus vidas son eso y que merecen una vitrina. Y estoy seguro de que cada uno tiene una historia maravillosa llena de obstáculos y contrariedades que quiere que se conozca.
Lo que busca La Esquina es un episodio de la vida de ese inmigrante, pero que tenga cabida, en la medida de lo posible, con el panorama actual, con elementos de carácter periodístico.
Como coloco en cada artículo, “la historia de una comunidad merece estar bien contada” para así intentar descifrar esos percances y que otros aprendan y sepan enfrentar esas adversidades.
Entonces, para recapitular qué es La Esquina, diría que es el rincón donde exponemos las historias de inmigrantes de habla hispana que, por encontrarse en desventaja, son víctimas de discriminación, violencia doméstica, abuso, fraude, acoso laboral y sexual, entre otros.
¿Qué esperas? Si quieres compartir un caso o problema social que merece una vitrina como esta, escríbenos a info@laesquinatx.com o deja tu mensaje por WhatsApp al +1-832-945-1083. ¡Subscríbete hoy mismo a nuestro boletín!
